
A partir de la fundación de Roma sucede un hito musical, los ludiones. Éstos eran unos actores de origen etrusco que bailaban al ritmo de las
tibiae, una especie de aulos. Los romanos intentan imitar estos artes y añaden el elemento de la música vocal. A estos nuevos artistas se les denominó histriones que significa bailarines en etrusco. Ninguna música de este estilo ha llegado hasta nosotros salvo un pequeño fragmento de una comedia de Terencio.
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